Perfecto, así es mi día si te tengo.

Se dirige a su casa, repitiendo una y otra vez que había tenido un día de mierda, que no podía haberle ido peor, maldecía a todo y a todos, estaba cansado, solo quería llegar a casa y relajarse, conducía por la autopista, pone la radio e intenta distraerse con música, no lo consigue, su día sigue en su cabeza
-¡Menuda mierda de día joder!
Le da un golpe al volante, pierde el control de el coche por un segundo, consigue ponerse en su sitio y volver a controlarlo todo, sin dejar de recordar el día tan penoso que había tenido. Aparca frente de su casa, entra y deja sus cosas a un lado de la puerta, camina lento hacia el salón, con cara de amargado, nada mas entrar en el, la ve a ella, con su pelo castaño callendo por ambos lados de su cara, sus ojos de un color marrón caramelo, dulces, como ella, desearía poder bañarse en ellos, de repente, su cara se torna en una sonrisa, ella corre hacia el y le abraza con fuerza. Él cierra los ojos, perdiéndose en su perfume de fresa, que se mezcla con el olor a coco de su champú.
-¿Cómo te a ido el día mi amor? -susurra ella
Él por una brevedad de segundo, recuerda su día de mierda, luego la mira, acaricia su mejilla. Se da cuanta de que no importaba el día que tuviese, que le daba igual que todos los días fuesen así, o peores, siempre y cuando, nada más entrar en su casa, encontrarse con ella.
-Perfecto mi vida, perfecto.